- Sencillitos y sin ínfulas
Buen día, apreciado lector:
“¡Vas a ver, esto no se va a quedar así!”, gritábamos de chamacos, todo muinos al grandote que nos dio el pellizcón. El hijoesú, carcajeándose, replicaba: “¡noo, se va a hinchar, ja ja ja!
“Con todo el respaldo del pueblo que se volcó en las urnas”, trepados ya con toda la fuerza del Poder absoluto, la Ley -ya no es la que nos enseñaron a respetar nuestros padres y maestros desde que sonaba por la mañana el himno nacional- les vale, ahora es “su ley” del más fuerte.
Mejor, el reportero, en atención al llamado presidencial organizó su encuesta personal. Consultamos hasta debajo de las piedras y mire qué alegría, de cien, ¡cien a favor!, nadie en contra, todos a favor de la consulta.
Y fíjese: consultamos al maistro de la obra de la esquina, detuvimos “al tuercas” para que se explayara; lo analizamos con “el Púas”, “el chueco! y “el Férras” hasta nos dieron cátedra y comentaron que quieren ser “mayíster pa, servirle al pueblo”.
Ah caramba, en pleno ocaso de la vida me empezó a gustar más mi chamba del “ese mi Tavo periodiquero, qué bueno que te sumas al pueeeblo, a mi que me pongan de juez del amor y cierro el cajoncito”, me dijo “el uyuyuy!
“La Chachita” y “La Doña” venían juntas a apuntarse para magistradas: “¿a poco no crees que ganamos la consulta?”.
Así se fueron arrimando “el Seco”, “el Vato”, “el Chómpiras”, “El Leguleyo”, y un sinnúmero de verdaderos aspirantes populares , todos como los mejores candidatos de los viejos tiempos priístas; iban apuntalados por los morenitos de Guadalupe a empezar su particular historia, a poner en orden a la justicia como “señores autoridad, sencillitos y sin ínfulas”.
Felices se inscribieron dispuestos a definir, a ser la “mera autorida” que salvará al país de todas las injusticias.
Ya seguros con la nueva historia de la República, conscientes de que “a un grito suyo este país se incendia o se apacigua” agradecían la histórica decisión: “¡el pueblo al poder!”.
Ora sí, por lo visto a estas alturas, ya podemos estar convencidos de que mucho antes de la conclusión de su encargo, nuestro querido patriarca ya está al nivel de Juárez, Hidalgo y Lázaro Cárdenas y ya se puede mandar a hacer tan anhelado recuadro histórico como el que luce a diario en su tempranera.
Mientras tanto Héctor le preguntaba al Don, oiga, “¿usted aceptaría ir al quirófano a realizarse una operación delicada en manos de un médico cirujano elegido por el pueblo y no por su conocimiento y capacidad?”
Y alegaba los argumentos del Maestro Ignacio Morales Lechuga: “Para convertirse en Juez de Distrito, los aspirantes deben aprobar un examen de 4 horas sobre Amparo, Derecho penal, Proceso penal, Justicia para Adolescentes y otros temas relacionados. A continuación, deben examinar dos casos y analizar una audiencia para responder a preguntas abiertas ante un sínodo sin apoyo de la legislación.”
“Este año, de 579 aspirantes, sólo 46 aprobaron todo el proceso. ¿Cómo la votación popular podrá garantizar que los jueces estén preparados y calificados para el puesto?, así de simple, así de complejo. Así de peligroso…”
Ayer, en El Financiero lo apuntaba Enrique Quintana:
“Si la ‘opinión del pueblo’ es la que va a decidir lo que se hace o no se hace en este y en el próximo gobierno, sugiero que Morena organice una encuesta en la que le pregunte a la gente si quiere seguir pagando impuestos o si prefiere no hacerlo. Le aseguro que la abrumadora mayoría de los entrevistados le van a responder que prefieren no pagar impuestos.
Y pues a todo eso mi amigo Manuel Rosete le acompletó:
“Ya en pleno plan de demócratas puros, hay que proponer una reforma al sistema de salud para que los cirujanos sean electos por voto popular; otra al sistema educativo para elegir maestros mediante el voto popular; otra para que los deportistas que aspiren estar en las olimpiadas representando a México también se elijan por voto popular y ya encarrerados, ahogados en democracia, que los líderes de los carteles de la delincuencia los elijan con el mismo método… ¡Viva la democracia!”. ¡vivaaa!
De otra cosa, en serio, hay que cuidar el agua, hay que aprovechar la de lluvia, cuidar las plantas, vivir en paz.
gustavocadenamathey@hotmail.com Premio Nacional de Periodismo.
