La potencia feminista en su justa dimensión

A medida que se flexibilizan las medidas de confinamiento por la pandemia de Covid 19, el movimiento feminista, latente desde el paro nacional de brazos caídos registrado el pasado 9 de marzo, recobra nuevos ímpetus, tal como lo demostró con las marchas del pasado 28 de septiembre realizadas en varias ciudades del país con motivo del día de Acción Global por el acceso al Aborto Legal y Seguro.
Por un lado, es evidente que los sectores conservadores de la sociedad no ven con buenos ojos estas movilizaciones.
Particularmente, la Iglesia Católica ha calificado estas expresiones de protesta como “actos vandálicos”, contrarios al estado de derecho, al orden y a la integridad de los ciudadanos, y a las manifestantes como “rijosas”, “turba de mujeres armadas muchas de ellas con martillos”, “anarquistas que dañaron con diversas pintas con aerosol la fachada del templo”.
Desde la perspectiva del Arzobispado, las manifestantes tuvieron como objetivo estratégico dañar un recinto religioso, en este caso, la catedral de Xalapa, por lo que subraya el “agravio, dolor, molestia, ira y todo tipo de sentimientos negativos que atacan a estos corazones, lo que significa un pesar para todos”.
Sin embargo para entender estas manifestaciones habría que contextualizarlas en su justa dimensión, tal como lo plantea la escritora argentina Verónica Gago, en un fragmento de su obra La potencia feminista o el deseo de cambiarlo todo (Ediciones Tinta Limón), donde propone ocho tesis sobre la revolución feminista.
La primera tesis afirma que la huelga feminista es una herramienta con la cual se mapean nuevas formas de explotación de los cuerpos y los territorios desde una perspectiva simultánea de visibilización e insubordinación. Hace énfasis en la composición heterogénea del trabajo en clave feminista, reconociendo labores históricamente despreciadas y mostrando su actual engranaje con la precarización general.
La segunda tesis explica que hay una nueva comprensión de la violencia: “salimos del gueto de la violencia doméstica para conectarla con la violencia económica, laboral, institucional, policial, racista y colonial. De este modo queda en evidencia la relación orgánica de la violencia machista y feminicida con la actual forma de acumulación de capital. De establecer y difundir esta comprensión de manera práctica proviene el carácter anticapitalista, anticolonial y antipatriarcal del movimiento feminista en su momento de masificación”.
La tercera dice que el movimiento feminista actual se caracteriza por dos dinámicas singulares: la conjunción de masividad y radicalidad, con lo cual inventa y cultiva un modo de transversalidad política.
La cuarta afirma que el movimiento feminista despliega una nueva crítica a la economía política. Incluye una denuncia radical a las condiciones contemporáneas de valorización del capital y, por tanto, actualiza la noción de explotación.
La quinta tesis dice que el movimiento feminista toma las calles y construye en asambleas, teje poder en los territorios y elabora diagnósticos de coyuntura: produce un contrapoder que articula una dinámica de conquista de derechos con un horizonte de radicalidad. Desarma el binarismo entre reforma o revolución.
La sexta tesis afirma que el feminismo actual teje un nuevo internacionalismo. Impulsa una dinámica que se hace transnacional desde cuerpos y las trayectorias situadas. Por eso el movimiento feminista se expresa como fuerza coordinada de desestabilización global.
La séptima dice que la respuesta global a la fuerza transnacional feminista se organiza como triple contraofensiva: militar, económica y religiosa. Esto explica por qué hoy el neoliberalismo necesita de políticas conservadoras para estabilizar su modo de gobierno.
Y por último, la octava tesis dice que el movimiento feminista enfrenta la imagen más abstracta del capital: el capital financiero, justamente esa forma de dominio que parece hacer imposible el antagonismo, pues confronta la financierización de la vida, aquella que se da cuándo el hecho mismo de vivir “produce” deuda.

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