Diecisiete son los pintores que reúne la exposición Diálogos de vanguardia. Colección Pearlman en el Munal, que está abierta al público desde el pasado 12 de septiembre en el recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), la cual desvela algunos vasos comunicantes entre artistas del impresionismo y posimpresionismo europeo, y los pertenecientes a la Escuela Mexicana de Pintura. Inspiraciones y revoluciones, sin duda, todos grandes pinceles.
En una exposición donde es difícil elegir una obra protagonista, se ofrece una falsa intuición para que el público decida por sí mismo cuando visite la muestra en el Museo Nacional de Arte (Munal). El óleo de Vincent van Gogh; Diligencia tarascona o Tarascon Stagecoach, de 1888, una pieza que realizó durante su periodo en Arlés, Francia, cuando, por cierto, se mutiló la oreja (el contexto se detalla en la ficha).
Amén de los prestigiados nombres y más allá de los protagonismos, el verdadero deleite que propone la muestra son esos “diálogos”, porque es una oportunidad para que los visitantes confronten, comparen, parangonen, sopesen, relacionen la obra de estos revolucionarios que transformaron la pintura de su tiempo, ya que el recorrido sigue una lógica clara, va por géneros.
La muestra abre con los desnudos de Edgar Degas, Pierre Auguste Renoir, Manuel Rodríguez Lozano y Germán Gedovius, a partir de los cuales se pueden hacer diversos espejeos, pero cabe resaltar que, de las cuatro piezas, solo una ofrece un desnudo frontal: Desnudo barroco (1918), de Gedovius, donde la figura femenina, recostada en un sillón y bajo una ambientación orientalista, dialoga espléndidamente con Desnudo en un paisaje (1887), de Renoir, quien presenta la espalda de una mujer recostada sobre telas, a cielo abierto.
En el género del paisaje están Paul Cézanne, Alfred Sisley, Joaquín Clausell y Gerardo Murillo Dr. Atl, cuyas perspectivas, tipo de pinceladas, paletas de colores, pero también sus ideas estéticas sobre lo natural, la función del arte y la modernidad, llevarán al público entre Francia y México con (en el orden de los autores) Monte Sainte-Victoire(ca. 1904-1906), Vista de río (1889), Loma verde (1910) y La nube (1931).
De los géneros más antiguos que hallaron nuevos tratamientos a manos de los artistas de vanguardia fueron las naturalezas muertas y el retrato. Sobre el primero, encontramos una obra de Camille Pissarro de 1872, que presenta, como se señala en el título entre paréntesis, Manzanas y peras en una canasta, en la cual la imagen está articulada por “formas geométricas básicas”, la cual dialoga con una naturaleza muerta realizada en 1940 por Roberto Montenegro de “francos patrones geométricos”.
Entre los retratos, por un lado, están Félix Parra y Édouard Manet; por otro, Amadeo Modigliani y Diego Rivera. Las obras de la primera dupla, Dama en balcón (Parra, 1880) y Joven con sombrero redondo (Manet, ca. 1877-1879), retratan a mujeres de perfil, portando un sombrero y, aunque también comparten las tonalidades frías, los estilos y los detalles, ofrecen lecturas distintas.
De Modigliani y Rivera se presentan Jean Cocteau (1916) y Retrato de Adolfo Best Maugard (1913), ambos óleos fueron realizados en París, periodo en que sus autores no solo se conocieron en el barrio de Montparnasse, sino en el que compartieron gran amistad e historias de bohemia de las que se sigue hablando con fascinación, por ejemplo, las estancias del italiano en casa del mexicano o las falsas discusiones que protagonizaron.
Escenas de la vida nocturna se presentan por dos pinceles muy avezados: Henri de Toulouse-Lautrec, que regresa a las salas del INBAL con Mesalina (1900-1901) y José Clemente Orozco, de quien se exhibe La recámara (ca. 1910). Este fue un tema frecuentado por ambos artistas: el francés, que se convirtió en el pintor de la Belle Époque y del cabaret Moulin Rouge; el mexicano, uno de los tres grandes muralistas, quien retrató la vida de cabarets y prostíbulos a inicios del siglo XX.
Diálogo Pearlman & MUNAL
Con esta muestra no solo dialogan artistas y obras, sino también dos colecciones. El Munal posee una de las más grandes e importantes colecciones institucionales de México, la cual está integrada por piezas y artistas de los siglos XIX y XX.
Por otro lado, la Colección Pearlman, reunida por el empresario Henry Pearlman (1895-1974) y administrada por su esposa Rose Fried a su muerte, está integrada por obras principalmente impresionistas, posimpresionistas y modernistas. Desde mediados de la década de 1970, la colección ha estado en comodato en el Museo de Arte de la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, para su disfrute e investigación, y se presenta por primera vez en nuestro país, a través de un esfuerzo institucional para disfrute del público mexicano, hasta el 12 de enero de 2025
El Museo Nacional de Arte se ubica en Tacuba 8, Centro Histórico. Abierto de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 h.