Meditando | Viaje cibernético dentro de mi riñón

Nunca puedo substraer de mi pensamiento el ser nefrólogo desde hace cincuenta cinco años, por ello decidi abandonar, por hoy, el complejo y preocupante coronavirus. Por ello platicaré una aventura fantástica que un día de estos, durante los ocios obligados por la infausta pandemia la imaginación me llevó al interior de mi vejiga y la vi tal la he admirado a través de las endoscopias, como si yo estuviera dentro de ella en un diminuto submarino, vi su pared interna, tersa, amarillo-rosada, llena de líquido amarillo transparente, la orina normal, que permitía ver con claridad todo el interior.

Los orificios ureterales, goteando orina clara, incesante, proveniente de los riñones. Mi submarino mental subió a través de uno de ellos contra la corriente, como un esturión explorador e ingresé al uretero izquierdo (uno de los dos conductores de la orina, de riñones a vejiga), sentí la torrencial corriente urinaria bajando modulada por las contracciones rítmicas de la pared ureteral. (Fig 1. Teresse Wislow, 2000)

Llegué a la pelvis y a los cálices, la parte colectora de la orina que recién proviene del riñón, una especie de embudos semejantes a grutas de brillosas paredes, receptoras de miles de centímetros de orina diariamente que la conducen por el uretero, hasta la vejiga y de ahi el exterior, llevando diluidas innumerables sustancias de desecho que el cuerpo debe eliminar y son producto de su diaria biológía. (Fig. 2. F.H. Netter Tomo 6. Ed. Masson).

Enfilé mi micro submarino hacia arriba, a través de un tubo de Bellini ya en las entrañas de la médula del riñón subiendo por la enmarañada red de túneles laberínticos de los túbulos renales, hasta llegar a la cápsula de Bowman, que abraza íntimamente al Glomérulo, la unidad funcional de los riñones, donde se filtra la orina primitiva, directamente de la circulación sanguínea, gracias a un proceso de ultrafiltración perfecto.

La orina primitiva salida por microgotas de los glomérulso, cae a cápsula de Bowman, pequeñísimo embudo que los envuelve y de ahí a los túbulos renales, antes mencionados que transportan y modifican la quimica de orina, según necesidades del organismo.

La imaginación no tiene límites, me asomé hacia el intersticio del riñón, es decir a la parte intermedia, entre glomérulos, túbulos, capilares (micro arterias y venillas), y “vi” miríadas de ellos, glomérulos rojos por la sangre contenida, rutilantes como astros en un firmamento rodeados por redes de túbulos y capilares como rayos apretujados en ese universo maravilloso, los riñones del ser humano. (Fig. 3 F.H. Netter)

En el alucinante viaje eché un vistazo al aparato yuxtaglomerular, corpúsculo enigmático, situado en cada glomérulo en el sitio en que la arteriola primitiva se toca con la porción cercana de su propio túbulo y forma, entonces, el aparato yuxtaglomerular (yuxta: junto). Este minúsculo aparato es importante en el manejo de la sal de nuestro cuerpo, tiene funciones hormonales y significativa importancia en el control-descontrol de la presión arterial, retencion o eliminacion de sodio y potasio, fundamentales para el equilibrio cardiovascular. Todo esto lo “vi” en una ensoñacion al amanecer del día 300 de pandemia.

Como habrá captado, cada glomérulo tiene su cápsula de Bowman, Aparato Yuxta glomerular, túbulos renales y tubos de Bellini, juntos forman la nefrona. Tenemos un millón de nefronas en cada riñón. En ellas se forman 180 litros de orina al día, en los túbulos se absorbe tal cantidad de agua que en 24 horas sólo orinamos dos litros ¡Monumental hazaña! Cada riñón pesa un máximo de 140 gramos y funciona con mecanismo cibernético, millones de años, se han necesitado para logar la perfección,los riñones son organismos de precisión matemática y así hacen su trabajo día tras día toda nuestra vida.

A través de los años su estructura se deteriora por los cambios etarios perdiendo aproximaaente el 1% de su función cada año, sobretodo a paritr de la edad media de la vida, cuarta década. El deterioro funcional es mayor cuando existen trastornos no controlados, como ateroeclerosis, hipertensión, obesidad, sedentarismo y diabetes.

Sabiendo hoy la complejidad de la funcion renal con que logra el bienestar de nuestro organismo, debemos revistar esos factores deletereos de la salud, no es dificil, es cuestion de disciplina y voluntad, de ayudarse a sí mismo, ayudando a un órgano maravilloso, como le ilustrado, que es el riñon.

hsilva_mendoza@hotmail.com

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