DESDE A JANELA | Lamentos y lloriqueos

Cuando todo lo que uno hace sale mal, la primera reacción que viene a la mente por ser la más fácil de implementar es lamentar la situación y obviamente entre lloriqueos buscar a quien echarle la culpa de la desgracia.

Lo malo de optar por esa solución es que la gran ausente es la autocrítica, ya que la pretensión primero es auto justificar para luego justificar diciendo “es que todo lo hice bien, pero fulano no me ayudó o me sucedió una desgracia y ya ves que esas calamidades no se pueden controlar, pero yo he hecho las cosas bien”.

Lo anterior viene a cuento, porque ahora que se empieza a resentir el desajuste del país debido a las malas decisiones que ha tomado el actual gobierno federal, las excusas han tomado forma de lloriqueos en los que se duelen de que “otros países ricos y envidiosos acaparan las vacunas”, “se quemó un pastizal o se congeló Texas y por eso nos quedamos sin energía eléctrica”, “las farmacéuticas malignas y avaras conspiran para no vendernos medicinas” y muchos más que escuchamos y otros que vendrán, porque por desgracia las malas decisiones se han tomado en casi todos los rubros en los que el gobierno interviene.

Veamos por ejemplo el caso de las vacunas, ya que ahí el canciller Ebrard dice que México ha interpuesto sendas quejas ante la ONU porque solo 10 países acaparan las vacunas contra la gripe Covid-19 y dejan al resto, entre ellos a México, desamparados ante una crisis humanitaria, dando a entender que la única manera de controlarla es que esos países cedan sus vacunas por la buena o por la fuerza a todos los demás que no han podido o no han querido, el caso de México otra vez, hacer esfuerzo alguno para desarrollar sus propias vacunas.

La verdad es que suena bonito ese discurso de izquierdista latinoamericano, Marcelo Ebrard es de los pocos izquierdistas en el gabinete de López, ya que si ya existe algo que ayuda a todos, pues hay que distribuirlo y si se niegan a hacerlo es porque esos que lo tienen, son envidiosos y solo buscan lucrar con la desgracia de los demás, entonces tiene que haber alguien superior que se lo quite y lo reparta entre los más necesitados del mundo, aunque no hayan hecho el menor esfuerzo para obtenerlo.

Desgraciadamente para Don Marcelo, las cosas en el mundo real no funcionan de esa manera, sino que por el contrario, las cosas se ganan como producto del esfuerzo, ya sea éste físico, mental o económico y una vez que se obtienen, sólo los que las buscaron son sus dueños y éstos una vez que satisfacen sus necesidades venden o regalan sus excedentes.

Por eso es que existe toda una rama del derecho que se encarga de regular a las patentes, ya que si éstas no existieran nuestro nivel de desarrollo sería mucho menor al que tenemos debido a que, si no hay un incentivo, en este caso la propiedad exclusiva y el derecho a comercializar lo que se descubre o inventa, muchas cosas que conocemos no existirían por no haber un interés para crearlas o desarrollarlas.

Luego entonces es lógico y justo que si hay países que se dedicaron a fomentar la investigación científica en general y el desarrollo de estas vacunas en particular, ahora que las tienen las usen preferentemente en su población, pues si no procuran a su propia gente para qué sirven.

También el lamento de Don Marcelo incurre en otra mentira al pedir a la ONU que obligue a los países que tienen la vacuna a distribuirla a los demás “por razones humanitarias”, ya que por una parte la ONU no tiene facultades para realizar semejante acción y además porque eso a México en nada le beneficiaría por la sencilla razón de que México no es un país pobre como los del África Subsahariana o los de Centroamérica y el Caribe en los que verdaderamente no se puede hacer casi nada para desarrollarla y a los que seguramente les va a llegar en grandes cantidades y como ayuda humanitaria.

Pero México es un país de 130 millones de habitantes y está dentro de las 20 principales economías del mundo y además cuenta con capacidades científicas y tecnológicas que muchas veces han tenido reconocimiento mundial, tan es así que su sistema de vacunación durante muchas décadas fue respetado en todo el mundo y si es que ahora estamos mendigando vacunas en los foros internacionales no es por la incapacidad del país para desarrollar las vacunas sino que lo es por las malas decisiones que han tomado en el gobierno para inhibir cualquier investigación nacional.

En México existe el Conacyt, que durante décadas procuró que hubiera investigadores de excelencia y hasta que patentaran sus descubrimientos o invenciones y cuando este gobierno llega dice que todos esos programas eran una forma de corrupción y que además solo se beneficiaba a las élites y los cancelaron de un plumazo y el resultado es que no hay casi nadie investigando a esta gripa en México.

Además, olvida el canciller que a diferencia de los fármacos existentes que están patentados, la ciencia es universal y cualquiera puede hacer sus investigaciones de manera libre y si descubre algo, entonces ya procede a patentarlo, lo cual hace posible que México pueda investigar su propia vacuna de manera real y no solo poniendo nombre a algo que no existe y que ni siquiera se tiene la más remota idea de cómo se va a empezar a buscar, tal y como sucede con la que el presidente bautizó.

Ya es tiempo de que las autoridades recapaciten sobre las malas decisiones que han tomado y en lugar de estarse lamentando y buscando a quien echar la culpa por sus desaciertos, corrijan el rumbo y se pongan a trabajar, ya que México es un país muy grande y rico que no merece estar lloriqueando en foros internacionales por cosas en las que bien puede hacer algo.

Por cierto, y como corolario también puedo afirmar que con los apagones y el racionamiento de electricidad que ahora pide el presidente al decir que en determinadas horas nos apretemos el cinturón y gastemos poca energía, sucedió exactamente lo mismo; llegaron con sus ideas estatistas y de que el gobierno lo puede todo, cancelaron todos los contratos de suministro de energía que había diciendo que eran corrupción y fuga de dinero y ahora no tienen la suficiente energía para satisfacer las necesidades del país y lo mismo sucedió con los medicamentos para enfermedades crónicas.

Antes de este gobierno había muchas fallas y tropiezos, pero siempre hubo investigación, energía eléctrica y medicamentos básicos.

felfebas@gmail.com
Twitter: @FelipeFBasilio

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