Pese al abstencionismo registrado en los comicios municipales del pasado 1 de junio, la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, de Morena-PVEM se mantuvo como la primera fuerza política estatal, al ganar juntos en 60 municipios entre los cuales se encuentran las tres ciudades más importantes del estado: Xalapa, el puerto de Veracruz y Coatzacoalcos.
También obtuvo el triunfo en Córdoba, Minatitlán, Acayucan, San Andrés Tuxtla, Coatepec, Martínez de la Torre y Tantoyuca, entre otras.
La coalición gobernante en Veracruz no sólo refrendó el triunfo en la capital del estado, sino que le arrebató al PAN –que antes de los comicios se mantenía como la segunda fuerza política estatal– dos de sus enclaves históricos: el puerto de Veracruz, el feudo de los Yunes ex panistas, y Tantoyuca, la tierra del ex dirigente estatal Joaquín Rosendo Guzmán Avilés.

Además, la alianza Morena-PVEM se consolidó en el sur del estado, la zona de influencia del corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y de la gobernadora Rocío Nahle, al refrendar la victoria en varias de las principales ciudades como Coatzacoalcos, Minatitlán y Acayucan.
Adicionalmente, Morena ganó 11 municipios por sí solo y el PVEM 13, lo que suma 84 ayuntamientos, que junto con los 30 ganados por el Partido del Trabajo –que sigue siendo parte de la Cuarta Transformación– hacen un total de 114 municipios, más de la mitad de los 212 ayuntamientos del estado.
En ese sentido, a pesar del discurso triunfalista de los partidos opositores, sobre todo de Movimiento Ciudadano –que echó las campanas al vuelo y ya se ve sentado en la silla principal del palacio de Gobierno de Xalapa– el saldo de los comicios del pasado 1 de junio revela que la gobernadora del estado y el dirigente estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, cada uno en su respectivo ámbito de atribuciones, le entregaron buenas cuentas a su partido.
No hay que olvidar que tanto Ramírez Zepeta como la mandataria estatal, tuvieron que asumir en Veracruz en un año electoral, con el costo político que representó para Morena la alianza de los Yunes en el Senado y su intento por afiliarse al partido, acción a la que tanto la gobernadora como el dirigente estatal se opusieron de manera rotunda.
No es casualidad que Movimiento Ciudadano, el partido que más creció en esta elección y que desplazó al PAN como segunda fuerza política estatal, haya centrado su campaña mediática explotando el repudio popular contra los ahora ex panistas y vendiendo la idea de que son el único partido libre de Yunes.

De flaca memoria, MC pretende olvidar que en 2018 el hoy senador Miguel Ángel Yunes Márquez fue su candidato a gobernador.
La dupla Nahle-Zepeta tuvo que enfrentar también, en otros municipios, el juego de la traición de grupos locales que o bien buscaron imponer a sus sucesores o quedaron inconformes con la designación de los candidatos.
Y para muestra, ahí están los casos de Poza Rica y Emiliano Zapata, donde vaya coincidencias, el beneficiario de la traición fue Movimiento Ciudadano, que se mantuvo –como buitres– a la caza de los inconformes de Morena.