Para superar los rezagos históricos en el proceso educativo estatal se requiere transparencia en la relación de las organizaciones sindicales de Veracruz con las autoridades educativas.
Lo anterior, a fin de evitar espacios de opacidad donde se han generado toda clase de corruptelas y componendas que han sido el cáncer de nuestro sistema educativo estatal.
Hasta antes de 2018, el presupuesto de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), el más grande de todas las dependencias estatales, sirvió para enriquecer tanto a funcionarios como a dirigentes sindicales, además de financiar todo tipo de proyectos o déficits presupuestales al margen de la educación, los cuales han sido documentados y exhibidos por los medios de comunicación y actores políticos de oposición.
Ahí quedaron para la historia las transferencias multimillonarias de las arcas de la SEV que sirvieron para financiar el gasto corriente del gobierno estatal en los tiempos aciagos del duartismo.

En ese espacio de opacidad, los usos y costumbres de las autoridades educativas y líderes sindicales permitieron el manejo discrecional de trámites y movimientos administrativos relacionados con las categorizaciones, asignaciones o reasignaciones de horarios y cambios de adscripción, entre otros.
La venta de plazas era un negocio lucrativo de los líderes sindicales, que sirvió para financiar la compra de ranchos y bienes inmobiliarios.
En este contexto, para poner orden en el complejo entramado administrativo y burocrático del sistema educativo de Veracruz se requiere algo más que buenas intenciones.
Además de un diagnóstico claro de la problemática educativa, son necesarios objetivos precisos y buenas estrategias y líneas de acción que den resultados con eficacia y eficiencia.
Frente al tamaño del desafío que representa superar los rezagos educativos de Veracruz, sin duda una de esas estrategias debe ser transparentar la relación entre las dirigencias de los sindicatos magisteriales y las autoridades educativas como una forma de sanear el proceso educativo.
La transparencia implica rendición de cuentas, por lo que es necesario que los actores del sistema educativo estatal, funcionarios, líderes sindicales y representantes de los trabajadores estén al día en sus Declaraciones de Situación Patrimonial.

Tanto la Contraloría del Estado como la Contraloría Interna de la Secretaría de Educación de Veracruz, SEV, deben hacer su trabajo de verificación.
Se trata de poner luz ahí donde la opacidad ha permitido espacios de corrupción que han generado prácticas ventajosas en detrimento de la educación de millones de niños y jóvenes veracruzanos.