El consumo de alcohol en México es un problema importante con múltiples dimensiones sociales y económicas. El consumo excesivo ha crecido en los últimos años, afectando a cerca del 22% de la población adulta. Más de 20 millones de personas enfrentan consumo problemático o riesgoso, especialmente hombres y jóvenes, abriendo paso a trastornos de salud y sociales como violencia y accidentes.
Problemas sociales generados violencia familiar y social, conflictos laborales y escolares. Accidentes de tránsito: diariamente 47 siniestros de tránsito están vinculados al consumo de alcohol, principales causantes de lesiones y muertes en vías públicas (INSP, 2025). Salud mental: ansiedad, depresión, dependencia física y psicológica. Daños a la familia y desintegración social.
Impacto económico elevados costos en salud pública por atención médica, tratamientos y rehabilitaciones. Pérdidas de productividad laboral por ausentismo y incapacidad. Accidentes de tránsito generan costos elevados en daños, muertes y atención hospitalaria.

Clase social más afectada, estudios indican que el consumo problemático y riesgo de dependencia afecta especialmente a hogares de menores ingresos y zonas fronterizas, donde el alcohol puede representar hasta el 7% del ingreso familiar (CIEP, 2024). Los jóvenes y personas en situación de pobreza muestran mayor vulnerabilidad y respuesta a políticas fiscales aplicadas al alcohol.
Estado con mayor consumo de alcohol, los estados con mayor consumo per cápita de alcohol en México son Jalisco (7.43 litros), Aguascalientes (7.28 litros), y Nuevo León (6.94 litros) (INEGI, 2025). En porcentaje de consumo excesivo destacan Nuevo León (30.3%), Jalisco (27.7%) y Coahuila (27.5%).
Estado con mayor número de accidentes derivados del consumo de alcohol, en cuanto a accidentes de tránsito relacionados con alcohol, el Estado de México y Jalisco registran altas cifras, con más de 2,400 muertes vinculadas al consumo en el primer semestre de 2024 en el Estado de México (Milenio, 2025; INSP, 2025).
En esencia el consumo de alcohol en México genera graves problemas sociales como violencia y accidentes, con un impacto económico considerable en salud y productividad, afectando más a las clases bajas y jóvenes. Jalisco y Nuevo León destacan por su alto consumo y accidentabilidad por alcohol
El costo económico anual del alcoholismo en México es un problema grave y multidimensional. Según especialistas y recientes reportes: Costos económicos totales, se estima que México gasta anualmente alrededor de 552 mil millones de pesos en costos directos e indirectos relacionados con el consumo de alcohol, lo que equivale aproximadamente al 2.1% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Por otro lado, la industria del alcohol aporta apenas el 0.2% del PIB (unos 57 mil millones de pesos en impuestos y otras contribuciones), generando un enorme desequilibrio fiscal y económico.
Los costos directos gastos en salud pública significan atención médica, hospitalaria y rehabilitación de enfermedades relacionadas con el alcohol (cirrosis, trastornos mentales, accidentes). Servicios de emergencia y atención prehospitalaria por accidentes causados por consumo de alcohol.

Costos indirectos pérdida de productividad laboral por ausentismo, incapacidades y reducción en el desempeño. Costos derivados de violencia, delincuencia y daños a la propiedad asociados al consumo y abuso del alcohol. Accidentes automovilísticos y consecuencias legales que afectan a empresas y familias.
Impacto social conectado a costos económico el alcohol contribuye a 40 mil muertes anuales, participación significativa en homicidios, suicidios e incidentes violentos. El consumo excesivo afecta especialmente a jóvenes y mujeres, acentuando tendencias nocivas y costos futuros.
En síntesis, el alcoholismo representa un costo económico para México cercano a medio billón de pesos anuales, con impactos profundos en salud, seguridad y productividad, superando con creces la contribución fiscal de la industria de bebidas alcohólicas.
Este alto impacto económico contrasta con la baja recaudación fiscal que aporta la industria alcohólica, que representa apenas el 0.2% del PIB, alrededor de 57 mil millones de pesos, mostrando un desequilibrio que especialistas sugieren corregir mediante impuestos más altos a bebidas alcohólicas para reducir el consumo y los daños asociados.
Además, el consumo problemático de alcohol contribuye a alrededor de 40 mil muertes anuales, con implicaciones en violencia, suicidios y accidentes viales, afectando especialmente a jóvenes y mujeres en México.
Este panorama destaca la necesidad de políticas públicas integrales que incluyan regulación fiscal, prevención y tratamiento para reducir tanto el consumo como sus costos sociales y económicos.
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- El autor es Maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana, de la cual formó parte del cuerpo académico de la Licenciatura en Comunicación, así como de la Universidad Anáhuac, campús norte de la CDMX.