¡Diálogo!

El presidente de México pidió diálogo con Walmart, Oxxo y Bimbo, ante la lluvia de amparos por la ley llamada “combustóleo”. Al primer mandatario se le olvida que pidió que no se le cambiara ni una coma a su iniciativa de ley preferente, y los representantes de su partido obedecieron ciegamente, al grado de que los senadores impidieron hasta la práctica del “Parlamento Abierto” que es para escuchar a los expertos y afectados.
La 4T pretende cambiar las reglas para que sus empresas paraestatales tengan preferencia en el mercado energético, pero con ello se viola la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, los tratados internacionales de libre comercio que ha firmado nuestro país y la elemental lógica de la eficiencia, es decir, la libertad de comprar a quien produce más económica y limpiamente la energía eléctrica o la gasolina.
La deuda de Pemex creció un 14 % durante el año pasado y cerró en diciembre del 2020 en 114 mil millones de dólares. Esto la mantiene como una de las petroleras más endeudadas del mundo. Esta empresa es un lastre para todos los mexicanos, pues se necesita que cada uno de nosotros pague alrededor de $18,000.00 para sanearla. No es justo seguir echando dinero bueno al malo.
Lo peor es que con el avance de las energías verdes impulsadas por el Acuerdo de París, entre otras organizaciones mundiales, pronto el petróleo, la gasolina, el diésel y el combustóleo serán sustituidos por la electricidad producida por aerogeneradores y paneles solares.
Aquí es donde entra la urgencia de reconvertir las industrias y las empresas para que impulsen rápidamente los cambios tecnológicos y México no se quede en la edad del “petróleo”. Se necesita entonces redoblar esfuerzos para que más personas tengan acceso a calentadores solares, sistemas de recolección de agua de lluvia, etc. Es imprescindible que las empresas instalen plantas de energía con aerogeneradores y aprovechen el viento, o que con paneles solares se aproveche la gran irradiación que nuestro territorio recibe del astro sol.
La energía eléctrica que producen los particulares se entrega a CFE y circula por su red, por lo que todos nosotros, si producimos parte de la energía que consumimos, pagamos a esta paraestatal su portabilidad, es decir el uso de las líneas de trasmisión. También pagamos la energía adicional que utilizamos. Por lo anterior, CFE siempre tendrá ingresos, pues su infraestructura está en toda la geografía nacional.
Una enorme ventaja de esta forma moderna de convertirnos en familias y empresas productivas y limpias es que el gobierno ya no necesitará gastar recursos en refinerías, centrales eléctricas, etc. y esos ahorros se pueden utilizar en vacunas, medicinas, seguridad y educación. Millones de personas en Estados Unidos y Europa ya hacen lo que empresas como Walmart, Femsa y Bimbo están haciendo en México: producir energías verdes que son más económicas y menos contaminantes.
Los amparos para evitar la ley que la 4T quiere imponer son porque el gobierno no escucha y no dialoga, y sirven para proteger la libertad de comprar o vender electricidad y para proteger el derecho humano a la salud, pues en la medida en que se dejen de usar combustibles fósiles se mejora la salud de los mexicanos. Los amparos protegen a los ciudadanos de los excesos del gobierno.

Twitter @basiliodelavega

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