La Aldea
Por RENÉ DEL VALLE BOSAS
Ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador expuso un panorama de la situación del país a la que sus adversarios definen como Pejelandia y que solamente él y su círculo cercano ven y disfrutan.
Festivo, como acostumbra, el mandatario enlistó los logros de su gobierno y se regodeó con los resultados, sobre todo lo que él remarca como el combate a la corrupción y el bienestar que dice estar proporcionando a los pobres.
Sin embargo, el presidente parece ver un país que no coincide con la realidad que padece un gran número de familias en México y en Veracruz.
No creo que alguien en su sano juicio esté en contra de ayudar a los adultos mayores con pensiones y otros apoyos, a los estudiantes con becas y a toda la gente que necesita comer y no puede hacerlo por falta de un empleo.
El problema es que la gran mayoría de los medianos, pequeños y microempresarios y comerciantes coinciden en que su sector no recibe ningún tipo de estímulo, tan es así la pandemia ha hecho que cierren sus negocios y despidan a sus trabajadores.
Van prácticamente dos años de gobierno, es decir el primer tercio del sexenio de AMLO y no he escuchado una voz de los dirigentes de cámaras y asociaciones de empresarios y comerciantes que diga que ha generado nuevos empleos o que su economía estátecesaoreszo lo que sus aqne ha generado nuevos empleos o su ás reactivada.
López Obrador hizo lo que sus antecesores, cumplió el mandato constitucional de entregar su segundo informe de labores en el Congreso de la Unión y lo hizo a través de su secretaria de Gobernación.
Pero también emuló a sus antecesores al organizar su fiesta por la mañana, a la que por cierto no acudieron todos sus invitados. En esa reunión que celebró para emitir su mensaje a la nación habló bien y bonito de lo que hace la Cuatroté y de lo que va a lograr cuando acabe su sexenio.
Como era de esperarse todos los invitados le aplaudieron y lo felicitaron y no hubo entre ellos voces discordantes.
Pero afuera del festivo recinto presidencial la realidad se imponía con las cifras oficiales de pobres en el país, con número, también oficial, de ejecutados, embolsados, secuestrados y desaparecidos.
A dos años de gobierno la política de primero los pobres parece no rendir frutos, pues seguimos viendo gente sin trabajo, niñas y niños que todos los días recorren las calles pidiendo limosna, clamando por ayuda, la que sea y de lo que se pueda. el mandato constituvcional de agenerado nuevos empleos o su ó el mandato constituvcional de
Tal vez si esa política de ayudar a la gente pobre con apoyos directos estuviera acompañada de acciones que generen las condiciones para que haya nuevos empleos, y repito tal vez, estaríamos hablando de menos desempleo y menos pobreza.
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