Parece que lo deseaba. Apenas se conocía que las mexicanas Dolores Hernández y Carolina Mendoza quedaban en cuarto lugar (y por ende fuera de las medallas) en la final de trampolín de 3 metros en Tokio 2020 y una de las primeras en publicar en Twitter fue Paola Espinosa, medallista en Juegos Olímpicos pasados.
Sin embargo, su tuit no estuvo a la altura de una figura histórica. No mostró consuelo ni apoyo para colegas que no lograron subir al podio y sí en cambio arrojó palabras que por donde se vea muestran resentimiento y coraje por haber tenido que ver la competencia no desde las alturas del trampolín, como estaba acostumbrada, sino desde una pantalla en México al no ser incluida en la selección nacional olímpica de clavados.
“Hoy era mi turno en #Tokyo2020,no hubo medalla para México, lamento que no nos hayan dejado pelear el podio junto a Melany Hernández, como dueñas de la plaza 3m sincro, medallistas mundiales y estar entre esas ocho parejas mundiales, les dimos el diploma olímpico. Era tan viable.”
No es que la dupla mexicana haya quedado en último lugar en esa final. De hecho, se quedaron en la raya al finalizar en cuarto lugar en una disciplina que, como todas las que se miden por apreciación de jueces, pueden ser a veces favorables y a veces injustas a juzgar por lo que todo mundo ve al mismo tiempo. Pero son decisiones que nadie discute porque todos los atletas saben que así es este deporte y bajo esas mismas reglas a veces se gana y otras no.
Lo de Paola Espinosa es penoso y lamentable porque con su mensaje acaba de perder el liderazgo moral que acaso podría quedarle tras sus históricas victorias olímpicas y mundiales, al no percatarse de que acaba de ser superada por el simple cambio generacional donde Dolores Hernández y Carolina Mendoza aún tienen mucho por delante.
Deseable hubiera sido una posición como la de Kohei Uchimura, estrella histórica de la gimnasia en Japón quien tras caer de la barra fija y ser eliminado expresó: “Al ver mis compañeros (jóvenes), vi que los protagonistas de hoy son ellos y aquí estaban presentes los líderes que podrán encabezar la gimnasia no solo de Japón sino también del mundo”.
Tal molestia generó el desconsiderado mensaje de Paola Espinosa (que aunque diga que fue dedicado al los dirigentes, su soberbia no la deja ver que a quien le pega es a las atletas) que históricas figuras como Vanessa Zambotti, yudoka multimedallista panamericana, le leyó la cartilla clara y consisa, duro y a la cabeza.
Al igual que Ana Lago, campeona de gimnasia panamericana en 2011.
O Adriana Jiménez, primera mexicana en ganar una medalla de plata en el Campeonato Mundial de Natación FINA en clavados de altura.
Paola Espinosa no perderá su lugar como una de las mejores deportistas que ha tenido México, pero es una lástima que su carrera haya cerrado en medio de una pelea política y un bajo rendimiento que al final la dejó fuera de los Juegos Olímpicos (un caso polémico donde las que menos culpa tienen son sus compañeras) y un comentario que le recordará a ella misma que nadie es eterno en lo que mejor hace y aunque sus sucesores no logren hazañas de inmediato, con el tiempo no solo igualan, sino superan a quienes fueron sus maestros. Porque hasta los dioses tienen que retirarse.
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La mañana de este jueves Santo, las autoridades recibieron un reporte alarmante en los números de emergencia: el descubrimiento de un cuerpo sin vida en el camino a López Arias-El Zapote, ubicado en el