Una de las transferencias familiares de riqueza más grandes de la historia se ha producido en Latinoamérica

Cuando Vicky Sarfaty se casó con Joseph Safra, con tan solo 17 años, nunca imaginó que se convertiría en una de las mujeres más ricas del mundo. Hoy, con 68 años, Vicky administra un total de 90.000 millones de dólares en conjunto con sus cuatro hijos, de acuerdo con Bloomberg.
Joseph, que llegó a ser el banquero más rico del mundo, falleció en diciembre pasado a los 82 años y, tras su partida, Vicky y sus hijos heredaron el banco suizo J. Safra Sarasin y el brasileño Banco Safra, el conocido rascacielos “The Gherkin” en el distrito financiero de Londres y un rascacielos en Madison Avenue en Nueva York. Además, la mitad de Chiquita Brands International es propiedad del Grupo Safra, que se especializa en la venta global de plátanos y frutas tropicales.

ANTECEDENTES DE LA FORTUNA SAFRA

La fortuna Safra fue construida durante 180 años en tres generaciones y cuatro continentes, y tiene sus raíces en la década de 1840 en Siria, cuando la familia estableció Safra Freres & Cie para financiar caravanas de comercio de camellos durante el Imperio otomano.
Ahí nació Jacob Safra, padre de Joseph, quien emigró con su familia a Brasil en 1953 y estableció un pequeño banco y una empresa para el comercio de metales y ganado.
Joseph, que era el hijo menor, estaba estudiando en Inglaterra cuando su familia se mudó a Brasil. Ahí conoció a Vicky, cuya familia había emigrado de Grecia en la década de 1950 cuando ella aún era una niña. Fue amor a primera vista, según ellos mismos revelaron, y en 1969 decidieron casarse, con la certeza de que estarían juntos hasta que uno de los dos muriera.
Además de sus cuatro hijos con Safre y 14 bisnietos, Vicky tiene dos hermanos, Helio Sarfaty, quien ha trabajado en Banco Safra durante cuatro décadas y Gretta Sarfaty, artista contemporánea.

UNA DE LAS TRANSFERENCIAS DE RIQUEZA MÁS GRANDES DE LA HISTORIA

Joseph y Vicky tuvieron cuatro hijos: Jacob, de 45 años; Esther, de 44; Alberto, de 41 y David, de 36. El mayor está a cargo de las operaciones internacionales de la empresa familiar, mientras que el menor supervisa la firma brasileña. Los otros dos hijos del matrimonio no trabajan para la empresa familiar. Alberto tiene su propia firma financiera y Esther es maestra y dirige la escuela Beit Yaacov en Sao Paulo, creada por la fundación de su familia.
Cuando Joseph fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson, se enfocó en preparar a su familia para poder sostener los negocios cuando él muriera. Pasó más de una década mostrándoles a sus hijos los principios de la empresa y los desafíos en un panorama financiero cambiante y con mucha competencia, y logró hacer una de las transferencias de fortuna más grandes de la historia sin escándalos de por medio.
Actualmente, Vicky y sus hijos tienen una fortuna en común de más de 16.200 millones de dólares, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg. Aún así, no suelen acaparar titulares ni sus nombres suenan con mucha frecuencia.
Vicky y Jacob Safra mantuvieron siempre un perfil bajo y nunca se les vio presumiendo su vasta fortuna. El banquero rara vez concedió una entrevista y las muy contadas apariciones en público de su esposa han sido en referencia al trabajo filantrópico de su fundación. Durante la última década, Vicky ha vivido fuera de Brasil la mayor parte del tiempo y actualmente reside en Suiza.

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