De ‘rojo indepe’ a ‘facha’: Piqué, víctima de la polarización política en España

Nada escapa ya a la polarización que rige los nuevos tiempos. Hace apenas unos meses se criticaba a los equidistantes, ahora directamente ni siquiera se les toma en consideración y están en vías de extinción.
Gracias a los bots que retuercen el funcionamiento de las redes sociales, un desplante, una declaración o un simple gesto pueden hacer cambiar en pocos segundos la imagen de una persona por muchos años que ésta haya sido moldeada en otra dirección.
Y así pasar de ser héroe a villano en tiempo récord. El último en vivirlo en sus carnes es Gerard Piqué.
El futbolista y capitán del F.C. Barcelona sigue en activo, portando el brazalete de capitán del club azulgrana con el que festejó con la mano abierta el 5-0 endosado al Real Madrid en 2010 y celebró en el córner del Santiago Bernabeu el 2-6 con el que se cerró el marcador en 2009.
Dos muestras de un historial de rivalidad con el club de Chamartín que, unido a sus inclinaciones independentistas, le han convertido durante dos décadas en un enemigo público en la capital de España y hacían presagiar que así sería hasta el fin de sus días.
Sin embargo, esto no es así. Al menos esta semana. Porque lo mismo todo vuelve a cambiar la que viene.
El caso es que Gerard Piqué ha declarado en un par de ocasiones que, en la actualidad, Barcelona le va a la zaga a Madrid como ciudad.
La última anoche, en ‘El Hormiguero’: “Vienes aquí y hay mucha vida, la gente sale a la calle, hay contenido, cosas que hacer. Barcelona tiene cosas maravillosas, mi ciudad es la mejor del mundo, pero en los últimos años nos hemos ido apagando un poquito y hay que reactivarlo, volver a encender la llama. Cuando vengo a Madrid siento que el estado anímico de la gente es mejor que el de Barcelona”, señaló.
Puede sonar ventajista. Ciertamente Piqué es en la actualidad un agente doble. Por la mañana es futbolista y por la tarde empresario. Y desde hace unos años, la explotación de uno de ellos, la Copa Davis, la realiza en Madrid.
Pero no es la primera vez que Piqué se expresa en estos términos, como cuando reconoció que siente “envidia sana de Madrid”. Ni parece que vaya a ser la última. Al menos mientras el Ayuntamiento de la ciudad condal siga en manos de Ada Colau, quien no ha dudado en contestar al futbolista por sus comentarios negando que “Barcelona esté peor que Madrid”.
Pero aún hay más. Porque si tras esto Piqué ya se ha vuelto poco menos que en el mayor constitucionalista del reino que se prepare por que en breve también será tachado de ‘facha’. Atiendan. Preguntado por Amancio Ortega, Piqué no dudó en resumir que “una persona que te trae buenas cosas económicamente es bueno. Sólo tiene cosas buenas de las que aprender y aquí solo se busca las cosas malas en lugar de las buenas…, pero es cultura, es lo que somos los españoles”, señaló.
Puede que antes de acabar el año Piqué se signifique una vez más con el independentismo catalán, o que alabe las bondades culinarias que ofrece Barcelona, y que las tornas vuelvan a cambiar.
Pero en cada trifulca mediática se dejará algún pelo en la gatera, lo cual hace que en España una persona solo alcance el zénit de su popularidad y consenso el mismo día en que arranca su popularidad. Porque, a partir de ahí, o decido no hablar, o su carrera irá cuesta abajo.

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