Ferrari está de vuelta. Ahora sí. Charles Leclerc y Carlos Sainz han sellado un doblete perfecto en la primera carrera de la temporada 2022 de Fórmula 1.
La nueva era del Gran Circo llegaba para tener cambios en el dominio de Mercedes y el mejor encaminado para tomar primero las riendas es la Scuderia. Ritmo espectacular y solidez que solo Verstappen puede molestar.
Leclerc ha sido el ganador con solvencia y si Carlos Sainz quiere batir al monegasco va a tener que sudar lo que no está escrito.
Una de las frases más conocidas del cine se puede aplicar perfectamente a lo que estamos intentando explicar: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. El madrileño nunca ha tenido un coche tan potente en sus manos y ahora es cuando le debemos exigir más.
Con McLaren, sin la presión de los resultados, nadie le pidió un rendimiento excelente y aun así demostró su valía como no se había visto hasta entonces. Por eso llegó la oportunidad de Ferrari.
Con un año de adaptación más que perfecto, donde superó a Charles Leclerc sumando tres podios, podemos permitirnos el lujo de creer en cosas importantes para Carlos. Pero no nos engañemos, el Leclerc que se ha visto en la carrera de Baréin es un auténtico monstruo. Ritmo infernal, tranquilidad en momentos de cierta angustia y defensa perfecta ante otra bestia como es Verstappen. Si se quiere ganar un Mundial se deben batir pilotos como el monegasco y esto es de todo menos fácil.
La carrera del domingo de Sainz quizás ha sido un poco más discreta de lo que el resultado refleja. El ritmo ha sido claramente inferior al de Leclerc y Verstappen pero los problemas de fiabilidad del neerlandés le han aupado hasta el segundo cajón del podio. Pero a pesar de no estar a su altura, su carrera sí que ha sido completa. No ha tenido fallos y ha aguantado los ataques de Red Bull con Pérez. De hecho, ha firmado el trabajo que se le pide al mexicano con los austriacos o el que se le demandaba a Bottas cuando estaba en Mercedes. El problema es que sí quiere luchar por el título, esto no es suficiente.
No hace falta esconderse. Somos muchos los que alguna vez hemos dicho o pensado que a Sainz le falta ese plus y ese don que sí vemos en pilotos como Fernando Alonso, Max Verstappen, Lewis Hamilton o el propio Charles. Pero no siempre se necesita esto para ganar un Mundial. Véase los ejemplos de Nico Rosberg o Jenson Button. Sin tener ese factor diferencial, a base de regularidad y constancia, el saber gestionar cada momento de la temporada, no someterse ante la presión, se puede vencer. No es fácil, pero no imposible.
Con Carlos Sainz hemos aprendido a no ponerle límites. Ya nos ha callado cosas en multitud de veces y aún así hay mucha gente que sigue dudando de él. Ya ha demostrado que se crece cuando más presión se le mete. Por lo tanto, cómo no va a cumplir cuando la presión es para ganar el título. Que lo logre ya es otra cosa porque lucha contra verdaderos animales. Tenemos que exigirle estar ahí porque tiene las armas para ello. Con un Ferrari rápido y fiable, no le podemos pedir menos.
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