¿Nahle o Ahued para 2024?

El pleno de la LXVI Legislatura del Estado aprobó el pasado martes 2 de agosto, con 38 votos a favor, 11 en contra y cero abstenciones, la reforma que adiciona la fracción III al Artículo 11 de la Constitución Política local para establecer que son veracruzanos las y los mexicanos nacidos fuera del territorio estatal que tengan hijos veracruzanos o una residencia efectiva de cinco años en la entidad.
Lo que llamó la atención, en primer lugar, fue la rapidez con la que fue aprobada la reforma, casi sin discusión, pues la iniciativa fue presentada cinco días antes, apenas el 28 de julio del año en curso, por la diputada Magaly Armenta Oliveros, a nombre del grupo legislativo de Morena.
Este hecho prendió de inmediato las alertas de la oposición, en el sentido de que la reforma llevaba dedicatoria y fue diseñada como un traje a la medida para uno de los posibles aspirantes a la gubernatura del estado en 2024, nada menos que para la secretaria de Energía del gobierno federal, Rocío Nahle García, y quien por su alta posición política en el gabinete de inmediato fue considerada como la principal beneficiaria de la misma.
A eso se debe que hayan bautizado a la reforma como “Ley Nahle”, pues abre la posibilidad de que la actual secretaria de Energía, originaria de Río Grande, Zacatecas, pueda ser postulada como candidata a la gubernatura del estado en 2024, al encuadrar en la hipótesis de tener hijos nacidos en Veracruz o una residencia mínima de 5 años.
Incluso, el dictamen fue consensuado de tal forma que contó con el voto aprobatorio de la mayoría de diputados morenistas, pero también de las legisladoras del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Tania María Cruz Mejía y Citlali Medellín Careaga; del diputado del Partido del Trabajo (PT), Ramón Díaz Ávila; así como de los diputados del Partido Acción Nacional (PAN), Hugo González Saavedra, Othón Hernández Candanedo y Nora Jessica Lagunes Jáuregui, por lo que estos últimos incluso podrían ser expulsados de su partido.
En la exposición de motivos, el argumento central fue que con dicha reforma, la legislación veracruzana se suma a las 18 entidades federativas que reconocen de forma expresa e inequívoca la posibilidad de que las personas nacidas fuera de este territorio adquieran la respectiva ciudadanía bajo criterios de residencia y vínculo afectivo, así como a las 11 entidades que reconocen la ciudadanía con base en el criterio de vecindad.


Y aunque esto último no deja de ser cierto, pues con la adición se homologa la Constitución local y se amplían los derechos de que ya gozan los mexicanos en otros estados del país, no es menos cierto que el momento en que fue planteada la reforma ha generado un gran ruido político, poniendo a la secretaria de Energía, considerada principal beneficiaria de la misma, como blanco de toda clase de críticas de los opositores de Morena y generando una corriente adversa de opinión hacia su persona, a lo que se suma, además, el hecho de que sea vista como la virtual candidata del actual grupo gobernante en la entidad.
¿Previeron eso los promotores de la llamada “Ley Nahle”?
El problema para la funcionaria federal avecindada en Coatzacoalcos es que, a casi dos años de la elección, de continuar creciendo el golpeteo entre la opinión pública, su imagen podría llegar muy desgastada al 2024 y aunque ganara la encuesta interna de Morena, eso podría no ser suficiente para obtener el triunfo en la elección constitucional.
Y ante un escenario así, se abriría una posibilidad de oro para otro beneficiario directo de la reforma, el alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil, originario del estado de Hidalgo pero a diferencia de Nahle, avecindado desde hace 50 años en Xalapa, donde nacieron sus hijos y ha logrado consolidar sus empresas comerciales, y donde además ha realizado una carrera política igualmente exitosa, que incluye cinco elecciones locales ganadas a pulso: dos veces para la alcaldía de la capital del estado, una para diputado local y otra federal y para senador de la república, hoy con licencia.
En suma, de continuar creciendo el rechazo hacia la Ley Nahle, a la postre, el alcalde de Xalapa podría terminar siendo su principal beneficiario, pues hasta la fecha, nadie podría cuestionar su indiscutible xalapeñismo y su demostrada aceptación entre el electorado.

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