Volví a nacer en El Regis.

*Hace 39 años en el sismo de 1985..

Salí de Xalapa,en taxi, a muy temprana hora del 15 de septiembre, rumbo al aeropuerto Las Bajadas del Puerto de Veracruz, desde donde me trasladaría en un vuelo comercial al Distrito Federal, ahora Ciudad de México, para estar en el Hotel Regis, donde me hospedaría para ir a la Reunión de Corresponsales del periódico El Día, de la Cooperativa Publicaciones Mexicanas SCL.

Llegué primero a la casa de mis tíos Tomás Bojórquez y Caridad, donde vivían con mis primos Pancho, Tomás, Chucho y Claudio, en la Unidad San Juan de Aragón.

¡Qué bueno que viniste a esta gran ciudad Chon, nosotros siempre vamos a Xalapa y tú por acá no nos visitas!, me dijo Chucho, con quien tengo la misma edad y era con quien más me llevaba.

A la mañana siguiente, 16 de septiembre, antes de ir al mítico Hotel Regis a hospedarme, mis primos Claudio y Chucho me presentaron a mi sobrino Tavito, quien venía de Mexicali a estudiar en el Conalep, a quien saludé al estilo jarocho y le dije que estaba a sus órdenes. ¡Es un muchacho muy inteligente y con ganas de estudiar, va a entrar al Conalep, es muy cabrón!, me dijo Chucho que estudiaba la carrera de Derecho en la Unam. Estaban lavando un coche .

Me llevaron al Hotel Regisen pleno centro de la ciudad, un edificio estilo Art nouvou art déco de la familia Peralta Sandoval, donde me tocó la habitación 553 del quinto piso (la parte antigua del inmueble) donde mi compañero de habitación fue Leopoldo Avilés, corresponsal en Sinaloa, quién además es representante de Notimex, la Agencia Oficial del Gobierno. Con Polo platiqué de Sinaloa y Veracruz y un poco de todo y como dicen intercambiamos credenciales antes de ir al curso.

El Regis estaba lleno totalmente y la mayoría de los huéspedes eran del interior de la República o como le dicen de Provincia. Los directivos de El Día habían hecho las reservaciones con mucho tiempo de anticipación, era un hotel de mucho prestigio, muy funcional, en pleno corazón de la ciudad, con su restaurant, peluquería, bello restaurant y su famoso centro nocturno El Capri, donde alguna vez estuvieron la gran Marilyn Monroe, María Félix, Pedro Infante y otros grandes artistas de su época.

Yo tenía escasos tres meses de que me había casado con Martha Ortega Contreras y jamás me hubiera imaginado lo que pasaría en los próximos días.

En los siguientes días desayunábamos en el restaurant del hotel y nos íbamos muy temprano al Curso para Corresponsales en las instalaciones del periódico ubicadas en la avenida Insurgentes Norte 1210, su sede original, ahora está en Capultitlán. Eran sesiones matutinas donde entre otros nos impartieron cátedra la propia directora general de El Día Socorro Díaz Palacios, el periodista Gustavo Esteva, el maestro Alberto Beltrán, presidente del Consejo de Administración y Premio Nacional en Artes, muy amigo del maestro Froylán Flores Cancela, director de Punto y Aparte, que se maquilaba en el periódico y donde era yo colaborador. También pendiente de todo el maestro David Colmenares Páramo, Director Administrativo de El Día.

Después del curso, uno de los directivos del periódico nos llevaba a un restaurant típico de la ciudad y nos platicaban de diversos temas y sobre todo de la línea nacionalista y progresista de El Vocero de la Provincia, de la que éramos representantes en nuestras respectivas entidades …Era un grupo como de 30 o 40 corresponsales los que habíamos asistido.

Todo iba muy bien.

En las noches después de las actividades académico-periodísticas y de comer, los colegas del periódico como el buen José García Segura, nos invitaban a los corresponsales, no todos iban, a tomar la copa a lugares Non Santos, para divertirnos sanamente y relajarnos un poco de las jornadas de trabajo …Incluso no nos dejaban pagar, ellos se encargaban de los gastos.

El penúltimo día del curso, después de las actividades nos fuimos a recorrer el México de Noche, yo ya presagiaba algo y además de que ya estaba cansando de los agotadores días anteriores, tomé pocas copas y aunque sí nos desvelamos no nos podíamos negar a la anfitrionía de los amigos del periódico.

Así que después de la convivencia y de unos buenos caldos y tacos, llegamos de madrugada al Hotel. Yo sí iba cansando pero sobrio, los demás compañeros se fueron a sus habitaciones y el colega de Oaxaca Antonio Mejía, que estaba solo en su cuarto, sí iba un poco más aturdido por las copas..

Llegué a mi habitación y como no llevaba la llave le tuve que tocar y despertar al amigo Leopoldo, quien medio dormido me abrió la puerta y pues, ya después de tres días de trabajo y diversión, caí rendido en mi cama en un sueño muy profundo… hasta que a las 7:19 de la mañana de ese 19 de septiembre de 1985, me despierta mi salvador Leopoldo y me dice asustado ¡levántate que está temblando¡, era el primer temblor oscilatorio, ¡Está cabrón!, lo escuchaba todavía un poco dormido. Me levanté rápido, asustado, alcancé a ponerme el pantalón, una camisa y los zapatos, pero sentía que todo se movía, las cosas se caían y como que se oía un ruido fuerte, en la mente pensé! Dios ayúdanos!, somnoliento me asomo por un lado, que al parecer era la parte de Balderas y sólo veo la calle de atrás, mucho polvo, pues esa parte del hotel (el edificio más nuevo) se había caído totalmente. En pocos segundos empieza a temblar nuevamente, era el II temblor que dicen fue trepidatorio y el que más devastó a la ciudad, principalmente los edificios nuevos mal construídos, sin cumplir la reglamentación respectiva, porque las viejas edificaciones no sufrieron tanto daño.

Luego Polo y yo salimos al corredor de ese quinto piso y todo mundo en el caos, nos reunimos con los demás compañeros y empezamos a tratar de salir como podíamos. Recuerdo que empezamos a bajar por las escaleras de servicio, pues el elevador no servía y sabíamos que no lo podíamos utilizar por seguridad.Sólo veíamos como el Regis se había caído en su parte nueva. Recuerdo que Francisco Salazar, el corresponsal de Monterrey, Nuevo León, de repente dijo que se regresaba por sus maletas y lo hizo ..Después supimos que salió bien. Todos avanzamos y nos encontramos a un grupo de personas, principalmente mujeres y niños a quiénes ayudamos a bajar hasta otro piso más abajo, iban aterrorizados pues buscaban salir a como diera lugar …Los calmamos y seguimos hasta llegar, pasando por unos ventanales que quebramos, a una especie de azotea, desde dónde se veía la calle…Bajamos otras escaleras y logramos llegar hasta lo que era el Lobby del Hotel, todo hecho un caos,fue cuando dijimos! por fin! ya llegamos. Salimos y poco a poco llegamos a la calle, dónde nos dijeron que nos fuéramos a Alameda ,pero antes de llegar a ese lugar de nuestra salvación escuchamos una fuerte explosión, eran las calderas o la caldera del hotel que había explotado y que acabó por derrumbar todo el inmueble.

La ciudad incomunicada

Luego como pudimos llegamos al periódico, en la avenida insurgentes norte 1210 , donde nos esperaban los directivos del periódico, como Teresa Rendón ,la Jefa de Corresponsales, toda espantada, consternada por la tragedia que se vivía, y nos preguntaron por los demás..Todos queríamos hacer una llamada a nuestras casas pero estábamos completamente incomunicados.

Después con un reportero del periódico, qué nos dio varias tarjetas de presentación de él con el logo de El Día, fuimos a buscar a Mario García Rodríguez , corresponsal en Guerrero, que usa muletas por su problema de polio y a Antonio Mejía, de Oaxaca recorrimos hospitales y centros de atención, Cruz Verde, pero no logramos encontrarlos,(después supimos que encontraron vivo a Mario y de Antonio , semanas después solo encontraron sus restos) solo veíamos los edificios caídos, muchos hechos sándwich, toda la zona era un Mare Magnum pero sí constatamos como mucha gente apoyó, se volvió voluntaria para ayudar , surgió la solidaridad de ese México que siempre sale adelante. Y es qué el gobierno fue incapaz ante la magnitud de la tragedia, fue el pueblo el que levantó a la ciudad caída y adolorida por un fenómeno natural devastador y cruel.

En esos momentos no había ningún tipo de comunicación , era imposible comunicarse a nuestros hogares,yo en el recorrido pasé a comprarme unos calcetines pues al salir a la carrera ni eso me pude, así llegamos a la agencia Notimex Polo habló con sus jefes, donde sólo se podían comunicar por teletipo, pero nada de teléfonos.

Toda la tarde noche hicimos ese recorrido, vimos cómo estaban destruidos varios hospitales , el edificio de Televisa, vimos a Jacobo Zabludowsky reporteando por un teléfono satélital o algo parecido. Ya se empezaban a manejar las noticias en el mundo de que un devastador temblor había acabado con la ciudad de México y salían también dolorosas e increíbles las imágenes de El Hotel Regis, totalmente caído y solo se veía su famosa marquesina,qué todavía anunciaba al famoso Hotel Regis, imagen que daba a entender o anunciaba trágicamente como cuento de terror que todos los allí hospedados habían muerto.

En ese penar por la ciudad, el DF, Vimos miles de muertos y heridos, la cifra nunca la darán porque fueron muchos miles, si anunciaron oficialmente que fueron 30 o 40 mil muertos, creo qué fue el doble o más sin exagerar.

Otro dolor más Pasamos por el Conalep ,cuyo edificio se había sumido con todo y los cientos de jóvenes alumnos todavía vivos. Allí con tristeza me encontré a mis primos, Tomás y Claudia, qué apoyaban solidarios en las labores de rescate de Tavito que al final junto con sus amigos murieron en ese lugar, a pesar del auxilio de muchos voluntarios. Obviamente el edificio tenía muchas fallas en su construcción.

Después de regresar al periódico nos dieron todo el apoyo por instrucciones de la directora, Socorro Díaz Palacios, nos llevaron a comer y dijeron que nos tomáramos un trago para el susto y luego nos llevaron a un nuevo hotel , dónde para mi mala fortuna me tocó el mismo número de habitación , la 553 en el quinto piso, y me tocaba estar sólo , fue cuando dije yo aquí no me quedó y baje y les comente a los del periódico que me iba a regresar inmediatamente a Xalapa.. Y más qué ya se sabía que del Regis no quedó nada, sólo escombros y muerte.

Cómo vieron mi total decisión de regresarme en ese momento me dieron todo el apoyo, me llevaron a la Central Camionera, donde no había corridas a Xalapa, pero aún así me fui transbordando, pues primero pase a Puebla y luego de allí tome un autobús a Xalapa, donde llegue en la madrugada y ya estaban mi esposa,mi cuñado y mi hermano a punto de salir a buscarme a la ciudad de México,pues en sus trabajos sabían que yo estaba en el Regís y les dieron todas las facilidades para venir a la ciudad a localizarme como en las historias del Oeste” vivo o muerto”.

Ese día en la mañana me puso una borrachera para querer olvidar ese 19 de septiembre,lo que nunca pude y ya en los próximos días más , no acostumbro a dar entrevistas ,pero me fue a visitar mi amigo Elíseo Tejeda Olmos y me entrevistó para el Diario de Xalapa y después en Punto y Parte escribí un pequeño texto sobre como pude sobrevivir al temblor en la ciudad de México..A raíz de la entrevista qué se publicó en primera plana del día siguiente, Sobreviviente de El Hotel Regís en devastador temblor, me fueron a ver personas de varios municipios preguntando por sus familiares que estaban hospedados en el mismo hotel que yo ..En ese hotel murieron el diputado federal por un distrito del norte de Veracruz y catedrático de la U , Alberto Mañueco Guzmán, un líder ganadero que era el padre de quien después sería gobernador de Veracruz , Javier Duarte y otros cruzamientos que acostumbraban hospedarse en el mítico Hotel Regís…

Sin duda el 19 de septiembre volvía a nacer, luego de vivir en una primera época 26 años antes de los Sismos del 85.

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