Para acompañar el lanzamiento de Franciscus Memorial, o Memorial Papa Francisco, y con motivo de la celebración en homenaje a los fieles difuntos, la Basílica de Guadalupe albergará una instalación temporal de gran formato para honrar la memoria de nuestros seres queridos que ya han partido.
Esta instalación, que se podrá visitar a partir del 2 de noviembre, representa parte del proceso de inculturización que fundó las bases de lo que hoy es nuestro país, gracias a la unión de dos culturas: la prehispánica y la española.
Incluye una procesión de 98 canoas que representan a cada una de las diócesis y arquidiócesis de la Iglesia Católica en México.
Las canoas acompañan el desarrollo de una cruz latina que sirve como camino sobre un tapete adornado con íconos que simbolizan las diversas regiones del país, alcanzando una longitud combinada de 75 metros.
A lo largo de este recorrido, se descubren por cada lado de la cruz, diferentes mamparas de catequesis de 3.6 metros de altura, que advierten el arribo hacia el área más especial y solemne: el altar. El área abarca 315 m2 y esta situada sobre un tapete circular, que simboliza lo perfecto y lo sagrado.
El altar constará de siete niveles, alcanzando en su punto más alto 2.80 metros. Los niveles superiores adoptan una base rectangular mientras que los niveles inferiores se transforman en una base semicircular.
El respaldo del altar está compuesto por tres planos, haciendo referencia a la Santísima Trinidad y representando la interconexión y la armonía de tres elementos en uno solo.
En el plano central, de mayor jerarquía, se instalará una gran pantalla de más de 20 m2, con una altura de 3 metros. Esta pantalla estará sincronizada con 300 velas automatizadas, generando un efecto lumínico en intervalos programados.
Para proteger el altar, se instalará una carpa de 18 m por 21 m con una forma orgánica y una altura máxima de 7.50 metros. La carpa contará con dos torres Truss de 3 metros en cada extremo, cada una con 10 luminarias de iluminación escenográfica orientadas hacia arriba.
Además, se instalarán más de 500 metros lineales de papel picado en varios colores, como símbolo del aire, el respeto y la memoria a los difuntos. El movimiento del aire creará un efecto de luces y sombras que enriquecerá la ambientación lumínica.
Un pórtico de acceso de 17 metros de longitud por 7 metros de altura, decorado con motivos alusivos a la celebración, dará la bienvenida a los visitantes desde la calzada de Guadalupe, por donde deberán pasar para llegar al atrio principal donde se ubica la instalación temporal.
Mega ofrenda, ¡experiencia sinigual!
Sobre esta ofrenda monumental, el arquitecto Efrén Alcocer Díaz, quien encabeza el proyecto, explicó que el desarrollo de la exposición rememora la tradicional procesión de canoas de Janitzio, Michoacán, pero con un sentido de Iglesia, en el que las canoas, que están repletas de flores de cempaxúchitl, representan a cada una de las diócesis o arquidiócesis de México, que en total suman 98.
Señaló que la ofrenda monumental está orientada hacia el Este, como en el pasado se orientaban los templos, a fin de que la iluminación dirigida hacia el diseño vaya emulando la puesta de sol, de la forma en que habría ocurrido antaño. Por obvias razones -señala el arquitecto Efrén Alcocer-, esta experiencia lumínica se podrá disfrutar a partir de la tarde-noche.
Agregó que la composición del altar está integrada por tres planos, haciendo alusión a la Santísima Trinidad, y un altar de siete niveles, en cuya parte más alta estará la Virgen de Guadalupe. “A los costados -dijo-, hay dos relicarios, y el diseño general tiene una forma de cruz latina, que representan los caminos que guían al visitante hacia el altar.
Otro aspecto que es importante agregar es que a lo largo del recorrido habrá difusores de aromas, mismos que, junto con la iluminación, harán una experiencia enriquecedora.