CD. CARDEL, Ver.- Algunos tramos de zanjas a flor de tierra y a cielo abierto existentes en la zona registran grave contaminación que no tan solo amenaza la agricultura porque son canales de riego, sino que de igual manera podrían afectar la salud de quienes habitan en sus cercanías porque vienen a significar gigantescos criaderos de mortales moscos e insectos ponzoñosos.
Si bien es verdad -como bien nos lo explicó el señor Marcos Lagunes- son 6 meses que al no haber zafra en los ingenios azucareros cierran compuertas los encargados de administrar las dotaciones de agua a las parcelas, en su mayoría sembradíos de caña de azúcar, pero mucha agua queda estancada, especialmente en zanjas no enlozadas y tapadas, por lo que gente sin escrúpulos se les hace fácil tirar basura de todo tipo ahí, plásticos, animales muertos como perros, gatos, aves y hasta vísceras de pollo y pescado.
Y las gráficas son más que elocuentes, reflejando lo alarmante del tema que, quiérase o no, afecta a los hombres del campo porque el recurso hídrico va a dar a sus sembradíos todo contaminado, afectando producción como bien lo señalan, máxime cuando hay personas que se atreven a verter aguas negras y jabonosas, dañando aún más el ecosistema.

Campesinos como el señor Juan Manuel Domínguez, preocupado sostiene que “son muchas familias que se asentaron a las márgenes de canales de riego y se les ha hecho fácil descargar al medio ambiente todo lo que se les antoja, lo que propicia que no haya garantía en cosechas limpias y de calidad; y, el daño a la tierra de igual manera es irreversible”.
Así, cuando abren compuertas la fuerte corriente hídrica arrastra toda esa contaminación sin control, sin vigilancia y sin castigos de parte de autoridades.
No hay concienciación al respecto, importándoles nada exponerse a que les piquen moscos porque ahí, en aguas estancadas entre llantas y cacharros, se reproducen miles de larvas de mosquitos aedes aegyptis o culebras venenosas, capulines y demás que ven el lugar propicio para anidar, reproducirse y propagarse.
Ante la problemática, vista como un desafío apremiante, de vital importancia para el campo es recuperar canales de riego, a efecto de garantizar seguridad alimentaria y proteger la salud pública.
Ya no más paliativos de solución temporal como campañas de retiro de basura, sino una mayor reflexión ciudadana para ya no seguir dañando al agro, al planeta y a la humanidad misma.