Estructura y contenido del éxodo

La estructura del libro del Éxodo (Ex) es muy diversa a aquella del Génesis. En este libro no se encuentran señales lingüísticas semejantes a la de la fórmula “toledot” que ayuden a entender la composición del libro.
En general, los exégetas distinguen al menos tres partes en el Éxodo: 1) La salida de Egipto (Ex 1,1-15,21); 2) La marcha de Egipto al Sinaí (15,22-18.27) y 3) El pueblo de Israel en el Sinaí: la alianza y las leyes (19-40).
Teniendo en cuenta el contenido global del libro observamos que el tema de la soberanía de YHWH sobre Israel es una constante que recorre todo el Éxodo.
De esta manera en la sección de Ex 1-15, el problema fundamental es el de saber ¿quién es el verdadero soberano de Israel y a quién debe servir Israel: al faraón o a Yahvé? La pregunta aparece claramente en el relato de las plagas (Ex 7-11) y en el paso del mar rojo (Ex 14). En estos capítulos, Yahvé revela su soberanía. Las plagas de Egipto y el paso del mar son las pruebas de que “él es Yahvé”, mientras el faraón había dicho “no conozco a Yahvé” (Ex 5,2).
Ex 15,21-18,27 es una transición que conduce a Israel de Egipto al monte Sinaí. Yahvé es el soberano de Israel y debe resolver los problemas de su pueblo: la sed (Ex 15,22-27;17.1- 7; el hambre (16); y el ataque de los enemigos (17,8-16); por otra parte estos capítulos aluden a la ley (15,25b; 16,4-5.28) y a la organización jurídica del pueblo (18).
Ex 19,1-24,11 es uno de los momentos más fuertes del libro del Ex. Los textos 19,7-8 y 24,3.7 encuadran toda la sección: Moisés, el pueblo, exposición de la ley, aceptación.
En lo que corresponde a Yahvé, la afirmación central se encuentra en Ex 20,2-3. “Yo soy YHWH que te ha hecho salir de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. No tendrás otros dioses junto a mí”. El éxodo es el evento fundamental de la historia de Israel, el evento sobre el cual Yahvé funda todas sus prerrogativas. La primera consecuencia de este hecho -el primer mandamiento- es que para Israel no pueden existir otros dioses: sólo Yahvé ha liberado a Israel, sólo Yahvé tiene los derechos sobre ellos.
El primer texto (Ex 19,3-8) contiene el programa de toda la sección. En este oráculo que abre la perícopa del Sinaí, Yahvé recuerda el éxodo (19,4) y propone a Israel que llegue a ser su “posesión” entre todos los pueblos de la tierra, un “reino sacerdotal” y una “nación santa”. Después de la proclamación del decálogo (20,1-17) y del “códice de la alianza” (21,22- 23,19) los diversos rituales de Ex 24,1-11, especialmente la alianza de Ex 24,3-8 concluyen las nuevas relaciones entre Yahvé y su pueblo.
Por lo tanto Israel se convierte en la posesión de Yahvé, una nación santa y un reino sacerdotal. Los rituales de Ex 24,3-8, sobre todo la aspersión de sangre, consagran a Israel.


Ex 24,12-31,18, en particular 24,15- 31,17, son los capítulos en los cuales Yahvé revela a Moisés el plan del santuario por construir (25,8-9). Yahvé será de verdad el soberano de Israel cuando tenga un santuario en el cual pueda habitar en medio de su pueblo. Esta sección está encuadrada a manera de inclusión, por dos menciones de las “tablas de piedra” que contienen la ley (24,12; 31,18). Estas tablas jugarán un rol importante en los capítulos siguientes porque contienen las condiciones fundamentales de la relación entre Yahvé y su pueblo. Yahvé podrá habitar en medio de su pueblo, sólo si Israel respeta esta ley.
Ex 32-34 presenta una crisis en las relaciones con Dios. Israel no respeta la “ley fundamental” contenida en las “tablas de piedra” pues se construye el “becerro de oro”, divinidad rival (cf Ex 20,3; 32,2.8). La pregunta que domina los capítulos 32-34 es esta: ¿continuará Yahvé a querer habitar en medio de su pueblo y a guiarlo en medio del desierto? (Ver 33,3.5.14.) Moisés intercede y finalmente, Yahvé cede (33,14.17). El Dios de Israel será un Dios de perdón y de misericordia.
(Ex 34,6-7). La renovación de la alianza (34) es simbolizada por el don de dos nuevas tablas de la ley. Moisés ya las había destruido en 32,15-16.19 pero en 34,1.27-28 se escriben dos nuevas tablas.
Ex 35-40 habla de la construcción del santuario donde habitará Yahvé. Superadas todas las crisis se habla de la construcción del santuario que habitará Yahvé (40,34-35). A este nivel, Yahvé ha demostrado ser el soberano de Israel después de haber eliminado la potencia humana del faraón y las “otras divinidades” simbolizadas por el becerro de oro.

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