“Fake” o verdadero

Vivimos los tiempos de la “posverdad” o sea, días en los que la mentira emotiva distorsiona la realidad mediante sentimientos y creencias. No es nada nuevo que los hechos objetivos se distorsionen con “narrativas” para crear y modelar la opinión pública. El realismo se está sustituyendo con percepciones lo que hace que las personas caigan fácilmente en errores.
Una característica de nuestra época es el debate político marcado por noticias, artículos, reportajes y mensajes cargados de emociones que nos apartan de la verdad y provoca que muchos nos quedemos con las ideas falsas que nos gustan o con las que nos sentimos cómodos.
En este siglo XXI vemos, oímos o leemos a diario, audiovisuales, audios y textos en las redes sociales y en los medios de comunicación que en cuestión de segundos nos alimentan con verdades a medias o falsedades. Los “algoritmos” contribuyen a que en nuestros dispositivos aparezcan cada vez más mensajes afines a nuestros gustos haciendo que no se pueda salir de este círculo vicioso que nos adentra en la caverna de Platón. Nuestro entorno además se convierte en una “caja de eco” pues solo aceptamos mensajes de quienes piensan igual que nosotros o nuestro “grupo”.
La nueva propaganda política usa las “fakes” o noticias falsas como instrumento de manipulación mediática y los ciudadanos se convierten en víctimas. Particularmente los gobiernos autoritarios como el de Putin o el de Maduro implementan campañas incluso internacionales que nos recuerdan las de Goebbels que engañó al pueblo alemán durante la segunda guerra mundial.


Con el desarrollo de la tecnología, hoy recibimos a cada instante “mensajes” que procesamos en instantes, algunos en automático los damos por buenos, otros por falsos y en algunos casos nos hacen dudar. El reto de hoy es saber investigar cuáles de ellos están apegados a la realidad.
Algunas pistas para seleccionar la información veraz es seleccionar los mejores medios de comunicación de prestigio, leer a los comunicadores que actúan de buena fe, ir a las fuentes confiables, verificar los datos, preguntar a personas con experiencia y evitar prejuzgar y usar el sentido común.
Generalmente las grandes agencias de información no publican rumores o información dudosa, sino que confirman con especialistas e investigan para evitar desacreditarse.
s necesario que aprendamos a comparar las distintas fuentes profesionales y dejar de “creer” en los mensajes que proliferan en las “redes” con seudónimos o títulos populistas sospechosos. Así como las personas asimilamos alimentos, nuestro espíritu se alimenta de lo que vemos, oímos y escuchamos. No te dejes moldear por las “fakes”.
X @basiliodelavega

Compartir

Más noticias

Ponte en contacto

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La Aldea de la Información © 2023. Todos los derechos reservados.

Desarrollado por Elemento Technologies