Ruido visual: cómo sobrevivir al bombardeo digitalUNAM

El ruido visual es un concepto que no es utilizado frecuentemente en la actualidad, pero sin darnos cuenta, está con nosotros de manera constante y más aún en esta era de internet, ya que nos encontramos inmersos en una sociedad en la que todos los días tenemos algún tipo de experiencia ligada a lo digital, desde hacer una transferencia bancaria, buscar una receta en internet, pedir un servicio de comida a domicilio y el uso de nuestras redes sociales; esto muchas veces sin ser conscientes. En una misma pantalla, podemos encontrar diversas aplicaciones, páginas o programas con los cuales se interactúa casi al mismo tiempo entre uno y otro, esta es una de las grandes ventajas de la digitalización, la multitarea simultánea, en donde podemos tener el control de varias tareas desde un mismo dispositivo sumado a que actualmente vivimos en un mundo de hiperconsumo e inmediatez, en donde las necesidades humanas tienen que ser cubiertas lo antes posible.
El ruido visual tiene que ver con el bombardeo de imágenes con la que estamos expuestos día con día, la cual, nos dispersa la atención e interpretación de los mensajes, causando así, una falta de retención de información; está presente sobre todo, en el ámbito de la publicidad y al no ser conscientes de su presencia será más difícil para los diseñadores y profesionales que están involucrados en la creación de contenido digital, crear mensajes que sean distintivos y que capten la atención de los usuarios.
Una de las transiciones más importante en el último siglo, seguramente es la digitalización, en donde la mayor parte de los procesos cotidianos como ir a un banco, una oficina, una escuela o en cualquier lugar de manera presencial; pueden ser ahora a través de internet; por lo mismo, las empresas y compañías de bienes y servicios también han tenido que adaptar sus soportes de comunicación publicitaria y es aquí donde empieza esta sobresaturación de anuncios que están igualmente al alcance de nuestras manos de una manera en la que no se ha sido percibida como una invasión.


El internet y las redes sociales han cambiado la manera de entender la comunicación actual, de forma que las compañías buscan tener presencia online y crear relación con los clientes basada en una personalización del mensaje.
Es importante diferenciar entre la publicidad en internet y la publicidad en las redes sociales, debido a que la segunda se encuentra dentro de la primera y es una concentración de la publicidad en internet, de hecho, generalmente la publicidad en las redes sociales hace un puente con la de las páginas web ya que actualmente se usa para conectar de una manera sutil con los usuarios.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), uno de los datos que refleja esta situación, es la accesibilidad a internet a través de teléfonos móviles en la población mexicana, ya que de acuerdo a la encuesta nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2022[1], desde el 2015 hasta 2022 hubo más usuarios en la telefonía celular que de internet y computadora, observándose un gran dominio en el uso de esta tecnología en la población mexicana.
La misma encuesta revela el uso del dispositivo móvil el cual tiene como primer lugar su uso para comunicarse con un 93.8% en segundo lugar el uso de las redes sociales para mantenerse conectados con otras personas con un 90.6% y en tercer lugar en el entretenimiento con un 89.6%.
Las empresas que supieron adaptarse a este modelo se benefician del nuevo escenario de comunicación debido a su gran potencial ya sea para darse a conocer o para mantener relaciones con los clientes ya afiliados con las marcas previamente.


Los jóvenes hoy en día se sienten atraídos por las redes sociales así que, debido a este placentero consumo, las empresas han aprendido que las redes sociales a diferencia del resto de internet son el lugar exacto donde de manera directa o indirecta los usuarios dedican más de tiempo y atención a la publicidad.
Es evidente que los jóvenes (nativos digitales) piensan y procesan la información de modo distinto a sus predecesores (migrantes digitales). Además, no es un hábito temporal o generacional, sino que, visualizado a prolongarse en el tiempo, su destreza en el manejo y utilización de la tecnología es naturalmente superior a la de sus antecesores.
Se relaciona el uso de la tecnología en edades tempranas con déficit de atención y con algunos problemas emocionales en la adolescencia, también afirman que es fundamental que los niños aprendan a aburrirse y entretenerse por sí mismos, a saber esperar, ser pacientes, a poder mantener la atención y, como se mencionó antes, a frustrarse para poder tener un óptimo desarrollo individual, todo lo contrario a lo que puede proporcionar un teléfono celular o tablet.
Con la llegada de internet a la cotidianidad se acrecentó la demanda masiva de productos y servicios hasta llegar a lo que conocemos actualmente como hiperconsumo. Como la etimología lo indica proviene del griego hiper (es decir, sobre), prefijo que denota superioridad o exceso, por lo que el significado es el de un consumo desmedido que según el sociólogo Gilles Lipovetsky (2006), en donde antes se consumía un producto por familia. Sólo por citar un ejemplo, hablemos del automóvil, en la actualidad dentro de una misma familia cada individuo se preocupa por tener un auto propio, razón por la que ahora se observa un auto por cada integrante.
Los sociólogos Gilles Lipovetsky y Marc Augé (2000) afirman que nos encontramos actualmente en la época definida como sobremodernidad o hipermodernidad. El primero la define como “La Era del aquí y el ahora” (Lipovetsky, 2006). Por su parte Augé define el concepto de sobremodernidad desde el espacio y tiempo en donde la aceleración de la historia y el dominio del espacio se han multiplicado en nuestra época. Por lo que en un concepto generalizado que caracteriza a esta era, sería el de un consumo individualista excesivo que da pie a la publicidad en masa y así al ruido visual de manera evidente.
Este ruido visual suele ser una gran interferencia a la hora de comunicar mensajes a través de redes sociales, algo a lo que se enfrentan los diseñadores gráficos digitales en el momento de crear contenido, ya que al no tener en cuenta que se compite contra una cantidad abismal de diseños y mensajes que luchan todos por captar la atención de los usuarios y no implementar estrategias de diseño que sean lo suficientemente eficientes los mensajes gráficos simplemente pasan desapercibidos por los consumidores.
En el diseño gráfico como profesión en las empresas, se suele prestar poca atención al diseño en conjunto, sino dedicarla a los diseños individuales, esto debido a los tiempos extremadamente cortos, pues se diseña conforme la carga de trabajo, que suele ser tan breve para haber acuñado la expresión coloquial “para ayer”. En ese orden de ideas, muchas veces los elementos de identidad de marca como el color, tipografía, estilo, etc. no se respetan.


Aquí es donde se aprecia el ruido visual en las redes sociales causado por la existencia de diversos elementos, –como colores, estilos, tipografías, etc. empleados sin criterios correctos–; es decir, en su conjunto se aprecia como un collage de información dispersa, un claro ejemplo de esto son los feeds (término en inglés que significa alimentar), y su uso en términos de mercadotecnia y redes sociales hace referencia a la corriente continua de contenido formada por publicaciones, fotos y vídeos que se presenta a los usuarios en orden cronológico vistos desde la entrada al perfil de una red social, apreciados en redes, como por ejemplo, Facebook, Instagram o Tik tok.
Un claro ejemplo de una red social visual (Alonso, 2013) con feeds poderosos es Instagram, la red social que por excelencia utiliza la imagen para comunicar; donde el usuario puede publicar fotos y videos de corta duración, aplicar efectos y también interactuar con las publicaciones de otras personas.
Es aquí donde entra en juego el diseño individual ya que, en este feed de exploración, el mensaje gráfico que tengamos competirá con varios diseños que también –de acuerdo con los algoritmos–son interesantes a los espectadores-consumidores, el primer enfrentamiento con ruido visual.
Una de las posibles soluciones para poder disminuir el ruido visual o para poder diferenciarse de él, es enfocarse en los diseños individuales, sin dejar de pensar en que al final van a tener una percepción en conjunto a través de los feeds; de esta manera el ruido visual en nuestro perfil disminuirá y tendrá una sensación de orden visual.


El orden visual es tener un sentido de percepción ordenado que, al usar los elementos de diseño básicos como jerarquía, ritmo, equilibrio, retícula, junto con elementos de identidad corporativa como color, tipografía y estilo, permitirán paulatinamente que se genere una estructura que produzca orden ante nuestros ojos, viendo ya sea, uno de los diseños y también, los diseños en conjunto.
Otra de las posibles soluciones es recordar la regla del minimalismo, menos es más, frase atribuida al arquitecto, Mies Van der Rohe2, profesor y exdirector de la escuela de arte, diseño y arquitectura alemana Bauhaus (1919-1933), quien propone que sólo utilizar la información y/o elementos necesarios, todo lo que esté de más, solo estorba; entre mayor síntesis posea nuestra información y los elementos empleados sean estrictamente los necesarios para comunicar lo esencial del mensaje, los consumidores captarán lo necesario de un primer vistazo; lo que sobra entorpece la comunicación, por ello es recomendable eliminar los elementos que innecesarios.
Debido a esto, las empresas han optado por cambiar sus estrategias de comunicación; con ayuda del marketing y la psicología, han apostado por llegar a los usuarios a través de conectar las emociones o experiencias, para que de esta manera sutil y personalizada, se establezca el primer contacto en donde los consumidores no se sientan bombardeados con información directa de un producto o un servicio y en su lugar, se cuenten historias (esta técnica es conocida como storytelling) para crear vínculos, han resultado ser estrategias clave.

Conclusión

Hay que aclarar que el ruido visual no es un concepto negativo, es simplemente el resultado del exceso de información e imágenes surgido a través de la necesidad de comunicar masivamente. Para los migrantes digitales –quienes han visto cómo esta sobresaturación se hizo presente en la cotidianidad– ha sido recibido de una manera negativa ya que, como se mencionó antes, dificulta la percepción clara y eficiente de la información, una serie de eventos a los que no estaban acostumbrados.
En cambio, para los nativos digitales, el ruido visual tal vez no sea tan molesto, ni les cause una sobresaturación, ya que están acostumbrados a un constante bombardeo de imágenes bimedia y multimedia en diversas interfaces con las que interactúan día a día, como el celular, la televisión, con los programas de streaming, las redes sociales –puesto que muchos niños y jóvenes han tenido acceso a internet desde muy pequeños– entre otros; por lo que el concepto de ruido visual, podría no alterar su percepción.
Así que, la propuesta es investigar a fondo cómo las nuevas generaciones digitales tienen este concepto definido y percibido, así como identificar qué tan disruptivo resulta y qué efectos produce en el momento de tomar decisiones a través de mensajes visuales a través de internet, y sobre todo en redes sociales.

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