El objetivo fundamental de un grupo terrorista es sembrar el miedo en los individuos y, por extensión, provocar el pánico colectivo a través de ataques que destacan por su brutalidad y por dirigirse de manera indiscriminada contra cualquiera.
Así lo señalan los expertos y así lo hemos visto en las últimas décadas, en las que el mundo ha sufrido ataques terroristas casi siempre dirigidos a lugares sensibles por la importancia de las infraestructuras, la concentración de personas o el simbolismo mediático.
Ahora, a la lista de lugares sensibles objeto potencial de ataques terroristas para los servicios de inteligencia se suman los centros de vacunación que, curiosamente, cumplen la condición de punto estratégico con concentración de personas.
Así, los servicios de inteligencia suizos ya han alertado de posibles ataques terroristas contra la infraestructura de la vacuna contra el coronavirus, incluidos los centros de vacunación, así como las instalaciones de transporte y de fabricación, según ha informado el periódico NZZ am Sonntag.
¿Por qué? La respuesta es sencilla: la cobertura de los medios después de un ataque sería enorme. “Los ataques a tales objetivos afectarían a grandes multitudes y generarían una cobertura mediática muy intensa”, ha explicado la portavoz de los servicios de inteligencia suizos, Isabelle Graber, al diario suizo.
Para sembrar el terror los criminales necesitan que el altavoz mediático haga su función y saben exactamente cómo atraer su atención. Por ello, el servicio de inteligencia del país alpino está preocupado, en concreto, por posibles ataques de grupos yihadistas, aunque no existe ningún indicio de ataques planeados, según informa el mismo periódico.
Además, las entregas de vacunas de Suiza se coordinan y realizan por parte del ejército del país, y las dosis se almacenan en lugares secretos. Sin embargo, la alerta de la inteligencia suiza nos da una idea de lo que podría pasar también en otros lugares. Así, reforzar la seguridad y la alerta temprana en estos emplazamientos pasa a ser una nueva herramienta fundamental en la lucha antiterrorista.
ATAQUES A CENTROS DE VACUNACIÓN
De momento, los centros de vacunación contra el SARS-CoV-2 han estado lejos de la amenaza terrorista pero sí que han sido objeto de ataque y vandalismo, principalmente de la mano de grupos antivacunas.
En Francia, por ejemplo, las manifestaciones en contra de medidas que obligan a recibir inmunización para acceder a ciertos lugares de ocio fueron sucedidas por ataques con grafitis y artefactos incendiarios en el sureste del país. Del mismo modo, unos 500 viales de inyecciones de la vacuna fueron destruidos cerca de Toulouse, después de que un centro de vacunación fuera destrozado.
Sin embargo, hasta ahora nunca se había hablado de que pudiesen ser objeto de grupos terroristas, a pesar del interés mediático que genera la vacunación y el potencial daño que pueden causar estos grupos en lugares normalmente atestados de gente.
Suiza sufrió en 2020 en Lugano, en el sur de Suiza, un ataque terrorista cuando una mujer entró en un establecimiento e hirió a otras dos mujeres. Intentó estrangular a una y apuñaló a la otra en el cuello con un cuchillo antes de ser detenida por los compradores, según explicó la policía, y parece que ya estaba fichada por la policía federal por una investigación sobre “terrorismo yihadista” en 2017.
Del mismo modo, otros países y ciudades europeas se han tenido que enfrentar recientemente a ataques yihadistas como Niza, París o Barcelona. La cooperación policial y de inteligencia, en todos los casos, es crucial.
